El aire es nada ante tu mirada. Aún así es sumamente
necesario a la vida misma no importando argumento alguno. Mas el no tenerle ha
llevado al alma a esconderse en lo profundo, en ser ermitaña. Pues un ser dividió has hecho, forjando el
exterior con hierro; tal como se cauteriza una herida. No es lo único que le guía la desgracia, pues mis labios ansían lo prohibido. Esto es ante todos, y la
nada se interpone. Entre espejismos, entre falsas esperanzas el sufrimiento
acrecienta y el bramar va mas allá del profundo
gemido. Ahora, en estos momentos la nada es todo, pues en me pedazos he
encontrado siempre. Sin embargo el silencio persiste y todo lo que queda a su
paso no importando los años es la misma visión,
aquella de una sonrisa sin límites.
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