lunes, 8 de octubre de 2012

Ciclo de la ansiada locura

  Se hiso vida presa entre locuras, tu cuerpo hoy materializado así lo hiso. Siendo cuerpo de vida para mi vida y locura.  Vida que lenta y dolorosamente fluye,  mas con rapidez destruye la poca cordura no importando las incisivas  brindada ni mucho menos la cordura absurda. A pesar de todo iría mas allá de trastornadas miradas, elocuente deseo absurdo, pasión desbordad ni mucho menos augurio profundo. Quedando mas haya que simples besos, besos encogidos en versos deseosos y prosas descansando en lo más profundo.

  Las palabras no podrían despertar algo más intenso y profundo. Permitiéndose ser simples deseares de personas náufragas en vidas desleales. Momentos acompasados y unidos por tumbas frías que en años antanjos llamarían vidas y que hoy todas responderían ante el nombre. Porque así sería, el templo de mi delirio, aquel que junto a tus palmas se esconde más allá de este inalcanzable alivio. Siendo la ropa silenciada ante el infame y delicioso profanar.

  Gemiría sin gracia alguna, ni momento de sed. Aquella sed que clamaría entre bramidos de labios oprimidos ya derribados ante una inexpresividad a causa de su estado. Mas no dejaría a un lado el llamado silencioso que otorga los miembros del cuerpo y la necesidad que en eco responde. No obstante le seria innecesario y a la vez tanto que no podría permanecer acorde con melodías pasadas. Tanto así que luego de un delirio inexplicable responderían con incoherencias simplemente al derroche simbolizadas a un correr de sabanas y una nueva invitación al derroche.

domingo, 7 de octubre de 2012

Presas en libertad...

  Si las paredes hablasen que no dirían. Pues son cada una de ellas mi única salida. Mientras la tempestad se presenta y amanezca con sacar todo de su curso, permanecen sin justificar o condenar cada acto. Cuando cada cristal, aquel ciertamente con salitre teñido de inclemencia, acaricia la piel y deja una húmeda senda se acerca a demostrar más solidaridad de lo que simples palabras en una oración podrían expresar. Son estas las frías realidades que sustentan mis vigas. Sin estas blancas ataduras a la realidad me encontrase expuesta ante lo que el mundo ve como justicia e igualdad. La máscara es lo único que queda. ¿Qué más se puede hacer en este mudo fantasma? Si las ciudades ahora son familias con problemas, donde la guerra es el menú a tomar segundo a segundo.